Transformación



i)
-¿Cuándo vas a entender que el muro de Berlín se derrumbó? ¡No te das cuenta de que la sigla U.R.S.S. es parte de la historia?
-Vos te vendiste al enemigo imperialista.
-¡Vivís en el pasado, Gabriel!
-Yo no vivo en el pasado, vos te volviste capitalista, Fabiana.
-Ves todo en blanco y negro. ¡No me volví capitalista! ¿No entendés que no existen más ni el capitalismo ni el comunismo? ¿Cómo te suena la palabra glo-ba-li-za-ción?
-Estados Unidos es el rey del mundo, y los pueblos sus esclavos. ¡Viven en una sociedad de consumo!
-Claro- se burló Fabiana- por eso te miro los pies y tenés esos "Nike" con aire, ¿no?
-¡Salís con cualquiera! ¡Qué tienen que ver mis Nike! No se puede hablar contigo, Fabiana, mejor me voy a revisar los emails.
-Claro, desde tu celular, ¿no, Gabriel?
-No sé cómo se revisan los mais de mi celular, te hacés cada película Fabiana, voy a revisarlos en mi compu.
-¿Usas Windows? ¿Usás Internet? A ver, antimperialista, ¡los verdaderos antimperialistas no usan Microsoft, que tiene el monopolio absoluto del mercado cybernético! Dejá, Gabriel, vos sos un antiperialista snob, es re cool ser antimperialista...
- Antimperialista, cool, snob, pero ¿quién está convenciendo a la gente para que se anule la ley de Caducidad? Mientras vos hacés filosofismos, yo voy, junto firmas para derogar la ley, grito por la verdad y la justicia, por algo ahora encontraron más huesos, es por nosotros, los cool-snobs, así que a mucha honra!
-¡Basta! ¡Basta! ¡Basta Gabriel! - dijo Silvia. -¡Tus malditos huesos no me van a devolver a mi madre! ¡Déjennos en paz! ¡Todo el tiempo repitiendo lo mismo! ¿Cómo no te das cuenta de que cada vez que hablas del tema me das un tiro al hígado?
Gabriel hizo silencio. Fabiana lo miró muy seria.

ii)
Fabiana caminó por 18. El último afiche del SUNVAJ -Sindicato Unico de Verdad y Justicia- era morboso, habían usado la foto de los restos de Chávez Sosa y abajo en letras rojas el trilladísimo slogan de denuncia.
-Esto se nos está yendo de las manos- les dijo a los compañeros del diario, con estos radicales no se puede generar ninguna instancia de diálogo.
Silvia, sentada en su escritorio no podía parar de lagrimear. - Yo voté izquierda, ¿y qué izquierda es la que tenemos? ¡A mi no me enseñaron que la gente de izquierda era marketinera! ¡Y peor aún! ¡Hacen marketing con el dolor ajeno! ¡Cómo si el dolor fuera una cosa que se vende! ¡Ojalá yo pudiera vender mi dolor y así no sufrir más! ¡Qué digo! ¡Vender no! ¡Lo regalaría! ¡Y usan mi dolor para vender imagen! El SUNVAJ me tiene harta, ¡les pondría una bomba en la puerta, desgraciados!
-Vos viste Silvia que con Gabriel no se puede hablar. ¡Y no se te ocurra decir nada malo del SUNVAJ porque te pegan! Con decirte que Gabriel es el más "abierto"...

iii)
Fabiana amaneció con náuseas. ¡No podía ser! Habían tomado todas las precauciones con Manuel. "Y bueno, si estoy después veré, ahora no tengo tiempo", pensó, mientras se vistió rápidamente y salió para el diario.
"El principal escollo del progreso de las sociedades es su obsesión por un pasado efímero que no permite aceptar los avances ..." Fabiana se detuvo.
Silvia, desde su escritorio la observaba. - Fabiana, estás muy pálida, ¿te sentís bien? - Estoy un poco mareada. - Silvia saltó como un resorte y cuando le alcanzó un vaso con agua, la frente de Fabiana quemaba. -¡Fabi, estás volando de fiebre!- Ya sé, pero tengo que sacar esta columna hoy sí o sí, porque mañana salimos, y sino el SUNVAJ nos va dar varias vueltas, y todo lo que venimos trabajando no tendrá sentido. - Bueno, la terminás y te vas, yo le digo al gerente, vos no te preocupes. - le dijo Silvia.
Fabiana ya tenía tres cuartas partes de su columna semanal y estaba por dar el remate final, cuando las letras empezaron a borronearse, y la habitación se paró de manos, y después...
Fabiana se desmayó.

iv)
Fabiana volaba de fiebre. Manuel estaba sentado a los pies de la cama.
-Manuel...
-Fabiana ¡no hables que te sube la fiebre!
-Manuel creo que estoy...
Manuel se levantó de un salto.
- Hija de tu madre, ¿me engañás? - dijo y la zamarreó, aún en aquel estado.
-No... - susurró Fabiana con las pocas fuerzas que le quedaban.
-Yo tengo muy buena memoria y nos cuidamos siempre, no hubo vez que no nos hubiéramos cuidado, ¡mentirosa! - gritó furioso Manuel y se disponía a pegarle cuando tocaron el timbre.
-Te salvó la campana, hija de tu madre.
Manuel abrió la puerta. Era Silvia.
-Pero está volando de fiebre, ¿no llamaste al médico?
Manuel no dijo nada.
A los diez minutos tocaron otra vez el timbre. Era la emergencia.
-¡Hay que internar está por llegar a cuarenta y un grados!-dijeron, y se llevaron a Fabiana en ambulancia hasta la clínica.

v)
Fabiana estaba en el CTI. Tenía un respirador artificial. Fabiana estaba en coma.
A la mañana siguiente, Silvia despertó con náuseas. Con las pocas fuerzas que le quedaban, llamó a la emergencia, y cuando le hicieron la visita, los dos médicos se miraron consternados. Era evidente, que Fabiana había contagiado a Silvia.
No se sabía qué enfermedad era aquella. Hacía tres días que los más prestigiosos médicos del mundo habían volado a Montevideo, y ninguno halló respuestas. Silvia además había hecho una erupción hemorrágica y sangraba por la boca.
Estaban ante una enfermedad letal, contagiosa, y en tres días se infectaron 300 personas. No era ébola ni antrax, así lo habían revelado los resultados de los biólogos que analizaron las muestras de sangre. El transmisor original no se conocía. La epidemia infectó a 500.000 personas a lo largo de tres semanas. Lo raro del asunto era que nadie había muerto.

vi)
Habían pasado dos meses, cuando un día Fabiana abrió los ojos. La encargada del CTI, se levantó volando, y para su sorpresa, Fabiana ya no tenía fiebre y su piel estaba sin erupciones.
Al cabo de los sucesivos días, Silvia mejoró, y a fin de ese mes los 500.000 infectados estaban curados.
Un grupo de científicos provenientes de todas las latitudes estaba instalado estudiando la extraña enfermedad, y su cura "mágica". Se desconocía todo acerca de ella. Su origen y su antídoto.

vii)
Al cabo de una semana Fabiana se sintió con fuerzas para volver al diario. Manuel había desaparecido.
Su última columna estaba tal como ella la había dejado. Fabiana empezó otra nueva.
"El pueblo se ha vendido al enemigo imperialista, se ha vuelto capitalista. La globalización es el opio de todos los pueblos. Estados Unidos es el rey del mundo, y los pueblos sus esclavos. ¡Viven en una sociedad de consumo! Por Verdad y Justicia viva en SUNVAJ"
-¡Viva el SUNVAJ!- gritó Silvia.

Anna Donner Rybak © 2011
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