Yoes.


-¿Qué te pasa?

-Hay cosas que no entiendo.

-¡Ya sos grande!

-¿Seré ingenua?

-Te lo voy a decir: tenés que aprender a soltar lo que te hace daño.

-¿Y cómo se hace?

-¡Qué sé yo! No darle tantas vueltas a las cosas.

-Es que hay cosas que me indignan y no puedo controlarlas.

-Sí, ya sé que no te doy tregua, que te hago analizar todo.

-¿Y por qué me venís con eso ahora si vos no me dejás soltar?

-No sé. No sé si está bueno dejar correr.

-¿Vos no sabés?

-Mejor dicho, es una paradoja. Soltar es de algún modo, dejar correr, es no decir ¡No!, y eso es igual a decir Si. Creo que igual te prefiero así, enredada y recursiva, que siendo cobarde.

-Sí, es muy agotador decir la verdad y hacerse cargo.

-Sí, siempre te estás metiendo en problemas.

-Sí, porque hago cosas por los demás, y no solamente no las entienden, sino que las malentienden, y no sé ¿será que ellos preferirían dejar correr?

-No está bueno que le muestres el espejo a todos. No se lo pueden bancar.

-¿Por qué? Yo, me lo banco.

-Vos. Pero vos sos rara.

-Ya sé, debería ser más “normal”.

-Qué se yo, sí, y no.

-No te entiendo.

-Si fueras más normal, estarías amputando parte de tu esencia, y serías inauténtica, serías parte de la masa, no tendrías tus características inconfundibles que te definen como sos, serías una mera imitación. Pero no te diría nadie que siempre te estás metiendo en problemas.

-Es que te digo la verdad, prefiero ser YO así, metida en problemas, defendiendo lo que es justo, no dejándome avasallar, ni basurear. A veces exagero, pero lo cierto es que quien me lastima, comienza una guerra, y no paro hasta dejarlo muerto en el campo de batalla. Y siempre Gano.

-¿Pero vale lo que cuesta?

-Para mí, SI.

-Pero los demás creen que sos rara, o quizá alguna otra cosa peor.

-Para mí es un mérito ser rara, no ser parte de una masa informe, de cobardes que piensan en quedar bien o mal con fulano, antes de actuar, si yo estuviera encerrada en una persona así, creo que terminaría en el más absoluto de los hastíos.

-Está bárbaro, pero tenés que balancear. Las pequeñas cosas no merecen una guerra, es mejor dejar correr.

-Pero entonces estaría aceptando algo que me lastimó.

-Pero algo chiquito…

-No importa. Yo no acepto NADA que me lastime.

-Bueno, entenderás entonces por qué siempre estás en problemas. Siempre hay cosas que lastiman. Vivimos en El Mundo y El Mundo es Así.

-Hay días, que me encantaría apagar la llave, y descansar.

-¡Hacelo!

-¡No puedo! ¡Vos no me dejás!

-Si vos querés, de ahora en adelante no te molesto más, vas a estar tranquila y no te vas a meter nunca más en problemas.

-No estaría mal.

-Pero eso no es gratis.

-No te entiendo.

-No serías vos, serías una más en un amasado que no destacaría, pasarías a ser Común.

-¡Ah, no! ¡De ninguna manera quiero ser común!

-Bueno, entonces tenés que seguir así. Vos elegiste no ser común, y no ser común es meterse en problemas, vivir Guerras.

-Todos me dicen que me enrosco demasiado.

-¿Todos? ¿Quiénes? ¿Los Comunes? ¿Te importan ellos?

-No.

-Lamentablemente, tener tu tipo de esencia es agotador. Pero no podemos modificar nada, porque ya no serías vos, ese conjunto que Encanta.

-¡Ah, no! ¡Yo quiero seguir Encantando!

-Por eso mismo es que te atosigo. Por eso mismo es que hago que pelees todas las causas hasta que tu enemigo muere en el campo de batalla.

-Por eso dicen que soy mala.

-¿Quién lo dice?

-¡Todos!

-¿Todos?¿Quiénes?¿Los Comunes?¿Te importan ellos?

-No.

-Sos muy muy mala, una pérfida bruja insensible, sin corazón, que va por el mundo y perdóname la redundancia, va dejando corazones sangrando por donde pasás.

-¡Es Terrible!

-¿Por qué?

-Porque es feo ser mala.

-¿Ser mala para quién?

-Ser mala para ellos.

-¿Quiénes?

-¡Todos!

-¿Todos?¿Quiénes?¿Los Comunes?¿Te importan ellos?

-No. Pero a todos no les gusta la gente rara con problemas.

-¿Todos?¿Quiénes?¿Los Comunes?¿Te importan ellos?

-¿Se te rayó el disco? ¿No te alcanza con las torturas diarias que me repetís cada dos minutos lo mismo? ¿Me estás tomando el pelo?

-No. Te digo la Verdad.

-Pero me agotás, con la Verdad.

-Bueno, pero vos no querías ser común, ¿verdad?

-Verdad.

Anna Donner Rybak © 2010
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