El Espíritu Escondido




i)
En algún momento, una esas líneas paralelas que representaban el Grupo de líneas que formaba Su Vida y Su Ser,[ser.individuo, ser.parte.de.un.grupo, ser.pareja, ser.profesional, ser.fiel.a.si.mism@)], comenzó inesperadamente, o no tanto, a alejarse del Grupo. Las Otras, siguieron avanzando a la misma velocidad, quizá con algunos “más” “menos”, pero resultaban imperceptibles a groso modo. Al fin y al cabo, esas líneas cuando corrían una prueba de regularidad, llegaban a La Final con diferencias de décimas de nanosegundos.
Claro está, que décimas de nanosegundos resultan transparentes, forman parte del micro tiempo, ese imperceptible para un ser humano “normal”.

Pero lo cierto es que, una de aquellas líneas comenzó a avanzar cada vez más despacio, lo cual hizo que La Diferencia dejara de ser imperceptible para hacerse muy evidente.

Se trataba, nada más ni nada menos, que de la última línea de ser que componía su Entidad Individual, El Ser. Quien había quedado tan rezagada cual tortuga tras liebre era nada más ni nada menos que la línea del ser.feliz.

Había sido un algoritmo que se había ido ejecutando en el micro tiempo, por lo tanto EL no era consciente, sin embargo, un leve dejo de hastío se iba instalando cada vez con más ahínco en su vida. ser.feliz lo había, pues abandonado, y cuando tomó conciencia del fenómeno estaba todo perdido.

¿Qué había sucedido? ¿Cómo EL no había hecho nada para impedirlo? Por primera vez, EL tomó conciencia de que había caído en el Quietismo e Inacción Sartreanos, que no conducían a nada, (Más bien conducían a La Nada) lo mismo que las Esperas.

EL era el Absoluto Responsable de su vida, y estaba condenado a elegir.

Pero EL no elegía, claro que EL no entendía que no elegir era otro modo de elegir.

Fue así que ese Hombres se fue disgregando. En el pasado había sido un Espíritu Aventurero, del que poco quedaba, EL se había transformado en un cuerpo que andaba solo, se volaba, y dejaba que las cadenas que lo tironeaban para todos lados, condujesen su destino, quien sabe por qué EL había decidido desentenderse, y poner nada más ni nada menos que su Destino, en manos de Otros.

¿Qué había hecho? Ya lo daba todo por perdido. Vaya a saber cuándo se habían separado EL y su Espíritu Aventurero, EL no sabía precisarlo con certeza.

Los años pasaban, sin embargo la fuerza de su Espíritu era tal, que su cuerpo no revelaba señales del paso del tiempo.

Casi diez, o quizá veinte años fueron los que se le habían escapado así como la arena del desierto por nuestras manos. No era un hecho menor, después de todo estar prescindiendo del ser.feliz.

EL andaba por el mundo, todo parecía darle lo mismo, estaba absolutamente resignado a esas cadenas, que todavía, tiraban en sentido contrario. Como aquellas torturas del Santo Oficio, en la cual ataban al reo a dos caballos que salían galopando en direcciones opuestas, y se le salían los hombros.

Así pues EL (cuando luego de ignorar en vano a La Voz que le venía a recordar a cada Instante todo lo que estaba derrochando de felicidad), se sentía preso de las Cadenas. Pero, permanecía, INMUTABLE, no reaccionaba. Estaba resignado. Ese era su Destino y Punto.

Uno lo veía en su andar desgarbado, su rostro agotado, sus ojos tristes por más que él intentara tapar aquella desazón con bromas intrascendentes.

Pero nada podía lograr; EL no quería cambiar nada. Así, pues, todo era inútil. EL casi vegetaba, o quizá, en el mejor de los casos, deambulaba, y no se sabía que pasaba por su interior, porqué ese auto-boicot a mostrar su Verdadera Esencia.

ii)
No se sabe bien cuál había sido el disparador, pero lo cierto es que un día X en que EL despertó, una voz le dijo:

-¿Hasta cuándo pensás seguir así? ¡Ya te queda poco!

-Callate, no me atomices, ya te expliqué- dijo EL.

-Te atomizo todo lo que se me canta, porque vos a mi no me podés dominar, ¿no viste todo lo que hiciste y acá sigo, y te hablo cuando se me da la gana?

-Callate, no quiero oírte.

-Me importa un rábano, porque cuando yo hablo me tenés que oír, para tu desgracia.

Qué molesto era su Espíritu, no había descubierto la fórmula para enmudecerlo para siempre, en eso estaba, pero la combinación no le funcionaba. Hiciera lo que hiciera esa Voz espiritual, lo tenía absolutamente atomizado.

Y un día, pensó que si no podía derrotar a su Enemigo, sólo le quedaba unirse a El.

iii)
Suponemos que ese fue el día todo comenzó. Casi de modo inconsciente EL iba sintiendo menos pesadas aquellas tortuosas cadenas. Sin darse cuenta, se sentía más liviano.

EL ya ni recordaba la última vez que su ser.feliz había estado unido al resto de sus seres.
Lo cierto es que paulatinamete ser.feliz se iba aproximando al resto de sus seres, y llegó un día, así como la tortuga alcanzó la meta, que ser.feliz se unió a los otros.

-ser.feliz, ¿dónde te habías metido? – dijeron los otros del Grupo Esencia.

-No sé que me pasó, quedé rezagado y cuando los busqué, no los vi por ninguna parte.

-¡Nosotros creíamos que estabas enojado, o que te habíamos hecho algo indebido!

-No, simplemente me perdí.

-¡Entonces, bienvenido a La Esencia! Nos hacías mucha falta, porque sin vos, siempre algo nos quedaba fallando. Ser.feliz, ¿vos sos conciente que conformamos parte de Una Esencia Perfecta? ¿Por qué nos dejaste?

-Ya les dije, me perdí.

-Bueno, ¡Manos a la obra! ¿Sos conciente de que perdimos casi veinte años?

-¿Tanto?

-¡Si, ser.feliz! Tenemos que recuperar lo perdido.

Así, comenzó un ciclo de reuniones de “seres”, que trabajaba rigurosamente varias horas al día. Fue un trabajo minucioso, y un buen día, se dieron cuenta de que habían llegado a La Meta, en Tiempo y Forma.

iv)
Varias veces ELLA, Su Mejor Amiga, había tratado de hacerlo entrar en razones. Pero esas palabras, a EL le resbalaban, y ni las registraba.

ELLA lo sabía una Buena Persona, pero no había encontrado El Modo. Le había hablado muchas veces de Sartre y El Existencialismo, de la Angustia Existencial, de la entera responsabilidad de la propia vida y la propia felicidad.

Pero EL; nada.

Se lo veía con un andar desgarbado, sus ojeras eran violeta oscuro, producto de las noches de insomnio, casi se arrastraba sobre sus despojos. En su cuerpo tenía líneas violetas, de las cadenas apretadas. Casi que estaba llagado.

EL era un Autómata.

Se levantaba, iba a su trabajo, salía de su trabajo, su cuerpo y su esencia andaban absolutamente separados. La esencia la había perdido quien sabe dónde, sólo quedaba ese cuerpo rastrero, cansado.

ELLA no sabía qué lo motivaba a atentar contra su vida, porque eso era lo que EL estaba haciendo. De todos modos, por detrás del hombre desganado, desgarbado, y ojeroso, se asomaba un hombre bueno.

v)
Un día, ante la sorpresa de ELLA, EL tomó su primera decisión. Era una cuestión trascendental. ELLA no se fiaba, otra vez había sucedido, y en menos que canta un gallo, EL se había retractado. ELLA estaba segura, que EL volvería a recaer en la adicción ser.infeliz. Pues EL era un adicto a la infelicidad.

Pero pasó el tiempo, y EL mantuvo su decisión. Conforme los acontecimientos, a veces hasta se le escapaba una sonrisa, pero de las auténticas, no de las impecables.

vi)
Un día Y, porque ELLA no tiene conciencia de cuándo sucedió aquello lo Vio. Indudablemente, sus seres estaban en comunión.

¡EL era perfecto! Ahora se veía, antes esa perfección absoluta quedaba oculta bajo el follaje del bosque en el cual él estuvo atrapado.

EL era tan perfecto, que su Identidad no se complementaba con su Edad.

EL era bello, fuerte, aventurero, y estaba lleno de energía.

¿Acaso Esas Tontas no lo habían visto?

¡No!, ¡deberían de ir a la escuela de noche! ¡Qué desperdicio! – se decía ELLA, pero sabía que no había nada más peligroso que un burro con poder.

Pero no sólo era bello, fuerte, aventurero, contenedor, HOMBRE, también que ¡también! era sensible.

¡No podía ser! ¡A ese HOMBRE no le faltaba NADA!

Y tantas veces ELLA se había mofado de que no existía nadie que lo tuviese todo…

Hasta ahora ELLA armaba la Esencia Perfecta, con esencias de diferentes orígenes, no se hallaba todo en el mismo lugar.

Así, se burlaba de las teorías de “La Media Naranja”, y “El amor de mi vida”.

¡Se burlaba de todos los que adscribían a ella!

Se creía omnipotente y poderosa, cuando en el fondo, la verdad del asunto era que ELLA misma jamás había tenido la suerte de ver una Esencia Perfecta.

Las otras, sí la habían visto, pero ELLA no.

Hasta AHORA.

Anna Donner Rybak © 2010
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