Un amor gris.


1.
Tania está en blanco, sus voces la aturden y le señalan sus fallas diciendo que nada tuvo sentido. Tormenta y parálisis, bloqueo, soledad, vaivén, ahogo, pérdida.
Ella es tan sólo un cuerpo que vegeta, las ideas se le cortan, es nada, es caos, es devastación, es incomunicación, nadie le dice nada, se le perdieron las palabras o se le olvidaron y sólo le quedan las ruinas, o algún pedazo inconexo en su memoria. Cada vez le quedan menos, mucho menos palabras que a los otros, las letras se le quedan trancadas, no tienen fuerza para salir, ella lo siente una especie de discapacidad.
Se está quedando sin palabras, no tiene la menor duda. La boca y el aire que no le sale, y se le queda en el lugar equivocado. Los músculos faciales no le responden, y se le dibuja una cara fea, con la boca de una bruja, me lo dijeron el otro día.
No tiene fuerzas y respirar le duele. Un imán la atrae hacia el fondo de un agujero negro, y cada día le cuesta más ver la luz.
Ya no puede descansar. Las noches le son cada vez peores, cada sonido la transforma en un temblor; tiene miedo de lo que vendrá.
Tania necesita paz, está agotada.
La panza le aprieta todo el tiempo. Tiene miedo de olvidar respirar y de morir. Quiere dejar de pensar en eso, pero la idea la atrapa y no puede salir del miedo a la falta de aire. Y cuando se da cuenta de que se distrajo, el terror le vuelve peor. Y la panza le aprieta más.
Sólo trata de resistir para pasar al siguiente segundo. No sabe qué hacer para aflojar el cuerpo.
Ya viene otra noche y tiene mucho miedo. Los fantasmas se están preparando y teme perecer. No puede razonar sobre eso, no tiene respuestas, sólo terror.
A Tania le cuesta pasar al siguiente segundo. Tiene miedo, no sabe si la desesperación le jugará una mala pasada, teme perder la razón en cualquier momento, y quedar atrapada en el medio del infierno.
Tania necesito una tabla de donde sostenerse. Tiene que salvarse y vivir.
Tania busca desesperadamente respuestas en un libro. Pero ya no puede leer, porque tiene miedo de olvidar respirar. Ya no puede concentrarse, no puede “dejarse llevar”.
Las lágrimas le comenzaron a caer, ya es noche oscura. Teme de no poder descansar nunca más.
Sus fantasmas la atormentan todo el tiempo y tiene miedo que la venzan.
¿Pasará al próximo segundo?
Voces de su inconsciente, voces que le hablan todo el tiempo y que no le dan tregua.

2.
Una hilera de sillas se desplaza sobre el escenario formando un semicírculo y la guitarra trata de anunciarse en medio de las voces que no le prestan atención. La guitarra grita, pero nadie la oye; todos están dispersos. En medio del fervor la gente se va saludando con besos en la mejilla. Tania permanece sentada en su silla, es “la nueva” y no conoce a nadie; señores, que ella solamente viene solamente a cantar. Un mar de miradas recorre su rostro, su pelo, su ropa. “¿Ya cantaste antes? “- le pregunta el director - “No estamos cerrados a que ingrese gente nueva, siempre y cuando no decaiga el nivel del grupo, ¿Qué cuerda sos? Estás a prueba”- “Mezo soprano”, asiente Tania cohibida. Le señala un lugar entre la cuerda de soprano y contralto. Le dan la letra. “Estás a prueba.”, esa frase le queda dando vueltas en la cabeza. Cantan. Resuenan las voces en el teatro vacío, una nostalgia le encoge a Tania el corazón, cuánto sentimiento, qué lindo suenan, ella quiere cantar allí… Todos se conocen, charlan y cantan, y de pronto ella descubre que un júbilo la invade por completo y está embriagada; ese es el lugar que siempre soñó para ella. Es otro sábado. Algunos la saludan porque se acuerdan de su cara del otro sábado. Este sábado hablan más de lo que cantan, hay un gran lío del cual Tania nada entiende. El ambiente está muy tenso y ella no sabe qué hacer, tampoco sabe quién es quién, aunque va aprendiendo de a poco los nombres, son como veinte y se le hace un lío bárbaro de caras y de voces. No retiene a nadie en particular, está demasiado tensa y preocupada por su aceptación, quiere ser parte. Este sábado nadie la mira, mejor. Igual está más tranquila que la primera vez, puede conectarse con el grupo y sentir cómo canta: una contención inexplicable, la magia de una guitarra, y muchas voces sonando en un teatro vacío, y ella sola en medio de ellos, absolutos desconocidos. Y qué lindo que cantan. Hay varones también, -muchos- se dice comparando con el coro al que antes iba donde solamente quedaban dos y faltaban tenores.
A Tania le parece hermoso que un hombre cante, y no está acostumbrada. Es que para que un hombre cante, tiene que ser un hombre sensible. Y una no se cruza todos los días con hombres sensibles, porque a casi todos los hombres les han inculcado esa cosa horrenda de que si son sensibles son raritos y que ellos deben de ser personas de acción y no de emoción, que para sensiblerías están las mujeres. Que ni se les ocurra llorar, ellos son machitos, carajo. Y tantos que van por la calle con la sensibilidad escondida, haciendo esfuerzos sobrehumanos por no sacarla a la luz, que se lo tragan todo y se van transformando irremediablemente en robots…

3.
-¿Cómo te llamás?- le pregunta a Tania un hombre del coro.
-¡Tania!- contesta ella.
-Yo soy Boris- dice él.
Tania se siente cohibida. Es una Mujer Sensible, que toda la vida ha soñado con encontrar al Hombre Sensible, porque sabía la entendería mejor que nadie. Sintonizaría y disfrutaría con él de las mismas cosas.
Tania creía que el Hombre Sensible sólo vivía en su imaginación; y todos los que iba conociendo al ser comparados con él, resultaban fríos, racionales. Eran simples Refutadores de Leyendas. Nunca lloraban, porque les habían enseñado que los hombres no debían de llorar.
¿No sería Boris un producto de su vasta imaginación? Abrió y cerró los ojos varias veces, como para cerciorarme de que él era real. Como no desaparecía, asumió que lo era. Un tesoro escondido. Un Hombre Sensible de carne y hueso. ¿Y por qué no vino antes si él sabía que ella lo estaba esperando?

4.
Es el último día del año. Las personas sensibles de Montevideo, no pueden evitar cierta nostalgia por lo que va quedar atrás, no obstante saben que todo sigue vivo en los sueños que cada noche les reparte el Ángel Gris. Esta noche, él permanecerá despierto para acompañar a los que el fin de año los encuentre sufriendo por un amor no correspondido. El Ángel Gris tiene harta experiencia en el tema, puesto que es la dolencia por la cual más demanda tiene. Y les dejará en el zaguán de sus puertas una copa de vino del recuerdo. El ángel dice que es posible amar, y amar mucho, pero nunca amar por uno y por el otro.
5.
Tania está en el escritorio de Boris, en el baño, en el pote de helado, en el tubo de la pasta de dientes y en su almohada.
Lo cierto es que Boris no puede sacársela de la cabeza. Piensa en ella todas las horas de todos los días y todas las horas de todas las noches.
Y devino lo peor; Tania se esfumó y le quedó un agujero negro.
Entonces, todos sus mecanismos de Boris entraron en cortocircuito. Sus emociones están a la deriva.
Boris cierra los ojos y se concentra.
-“¡Aha!” – les dice.- “¿Acaso creen que yo no puedo?”
Las emociones miran a Boris desafiantes.
Boris repite.
-“¿Acaso creen que no puedo?”.
Las emociones ahora miran a Boris con sarcasmo.
Pero Boris junta fuerzas, y las acorrala.
-“¡Ahá!” – les dice ahora. –“¿Quién es el que no puede?”
Las emociones miran ahora a Boris pusilánimes.
Boris se regocija. Pudo encerrar a Tania en una celda.

6.
Gabriela es una Refutadora de Leyendas.
Llega con cara de preocupación a la cita en el Bar Misiones. Control ha llegado hace un par de minutos y la está esperando.
-Gaby, sentate por favor- le dice luego de pararse galantemente y arrimarle una silla, como buen caballero que es.
Gabriela y Control son viejos amigos desde hace años, y ella confía plenamente en él.
-¿Gaby, qué sucede?
-Creo que estoy enamorada.
-¡Buenísimo! ¡Te felicito! ¿Querés que nos tomemos unos tragos para brindar?
-Pará, pará, la mano viene complicada.
-Ah, y vos querés que yo resuelva tu complicación, ¿no? No seas tonta, es una broma, te escucho.
-Vos me conocés, y sabés que soy una tipa organizada.
- Pero claro, Gaby, ¡sos mi ídola! ¿Qué le pasa a ese corazoncito preocupado?
- Se llama Boris.
-¡Qué lindo nombre! ¡Parece salido de una leyenda rusa!
-No te mofes.
-Perdoname. ¿ Y qué le pasa a nuestro amigo Boris?
-La p…que…p..
-No me digas nada. ¡Está enamorado de otra!
-Me conocés mejor que nadie.
-¿Y vos querés que se enamore de vos, verdad?
-Si.
-Escuchame bien, Gaby, vos sabés que nada es imposible pero tenés que seguir mis instrucciones si querés que la misión sea exitosa. ¿Qué tan enamorado está Boris de… ?
-¡Tania!
-¡Otra rusita!
-¿Me vas a gastar?
- Lo que tenés que hacer es muy sencillo, Gaby.
-¿Qué tengo que hacer?
Le tenés que imponer una Condición.
-OK.
-Hasta que no se desenamore de Tania, vos con él, nada-
-Tenés razón, no lo había pensado-
-Sé Implacable, no le perdones lo más mínimo. Prohibile Todo contacto con ella. Que no la vea, que no hable con ella por teléfono, hacele borrar todos los emails que conserva de ella, que la elimine del Facebook.
-OK.
Si no lo hace, vos, nada.
-¡Te adoro Control! ¡Sos mi mejor amigo!
-Pero así como te digo una cosa, te digo otra.
-¿A qué te referís?
-A ver, Gaby, lo que no podemos hacer, y lo lamento en el alma, porque no sabés cómo me gustaría ayudarte, es entrar en su cabeza, y en ese plano, siempre vas a tener dudas. A menos que…
-¿Qué? ¡No me pongas nerviosa!
-Te estoy hablando de la Sustancia Roja. ¿Sabés el costo, verdad?
-Creo que está a mil dólares los 250 ml.
-¡Exacto!
-¡Todo tiene su precio! Y yo estoy dispuesta a pagarlo.

7.
Un cónclave de científicos había anunciado, hace algunos años, con bombos y platillos La Sustancia Roja. Gracias a ella a los hombres les sería posible olvidar hechos específicos. Estos prestigiosos hombres de ciencia, habían logrado alterar la química del cerebro mediante la planificación sistemática del ADN, responsable del almacenamiento de las asociaciones emocionales. En un trozo de tejido se mantenían vivos los recuerdos, una célula estimulaba a otra y las neuronas se mantenían comunicadas. La Sustancia Roja podría extirpar recuerdos de corazones rotos ad gaudium, pero un exceso podría ocasionar la destrucción de la memoria.
Como era de esperarse, este lujoso químico era selecto solo de las apropiadas almas que podrían darse el lujo de abonar una cuantiosa fortuna por tan solo unos miligramos del estupefaciente.

8.
Desde que el Hombre Sensible se hizo real, ya el mundo de Tania nunca fue el mismo. Nunca más. ¿Cómo serlo, luego de haber probado el Néctar del Recuerdo de Caricias de los Hombres Sensibles?
Tania es una Mujer Sensible que recuerda todo. Al fin, sólo sus sueños y sus recuerdos son auténticos. Y ella los atesora mi memoria.

9.
Tania se olvidó de la letra, y de los acordes. Tampoco puede hacer más palabras ni se le ocurre ningún sueño, es que perdió la imaginación.
Alguien ha borrado su memoria .Ya no vuela, todo es como es y de ningún otro modo posible.
Tania está pintada en un cuadro y su sonrisa congelada en el tiempo.
Sus sueños son desvanes vacíos, ella busca algún objeto, pero sólo queda algún trasto viejo que alguien ha dejado allí.
A veces se le crea una ilusión vana, quizá el viento mueve por un instante alguno de los trastos y ella se engaña con un movimiento efímero. Igual, tiene un breve lapso de felicidad, hasta que descubre la farsa.
El desván tiene paredes mohosas, esas manchas también quieren engañarla, pero ella ya lo sabe y no les presta atención. Alguien ha dibujado muchas rayas en esa pared, y las fue tachando, hasta que llegó el día de su libertad. Alguien pasó sus días, semanas, y años en aquel infame lugar, pero por lo visto sobrevivió. Eso le da esperanza, si alguien pudo, ella debería intentarlo, al menos.
De repente siente su cuerpo, es un lugar frío, y su vestido de fino algodón, la tela se va rasgando por el paso del tiempo, pero ella se las ingenia para abrigarse como puede. Es su instinto de supervivencia.
Hace mucho que no corta su cabello y le llega hasta sus pies. Ha perdido la noción del tiempo. A veces un tenue resplandor le indica una luz que podría tener restos de sol, ella aún diferencia los tubos lux mortecinos.
Tania no recuerda cómo llegó allí, sólo tiene la evidencia de que ahora ahí está. Sólo hay un colchón desvencijado, con olor a humedad. Siente su cuerpo entumecido, helado, acalambrado.
Aún puede desplazar sus extremidades pero no es ingenua: sabe que cada vez estará más rígida. Apenas se puede mover, y ni su sangre circular. Algunos sonidos guturales aún puede emitir, es un ejercicio que practica de vez en cuando para cerciorarse que aún algo le queda.
¿Quién la llevó allí y porqué? No lo recuerda, pero la incertidumbre la desvela. Su pecho está anudado, no recuerda su nombre, sólo un número. ¿De qué tiempo ella ha venido? ¿Será que las personas ya no usaban más nombres y se identificaban por números y series? Qué ilusa, como si alguien pudiera contestarle.
Tania se toca para descubrir algún indicio. Su piel no está demasiado arrugada, por lo que deduce que aún no es tan vieja.
Cuando cierra sus ojos sólo ve unos mosaicos muy bonitos de muchos colores. ¿Qué significan? No lo sabe, sólo están siempre ahí. ¿Será que fue lo último que su retina grabó antes de ser introducida en el calabozo? Dudas y sólo dudas.
–“¡Algo habrás hecho! - ¡Ahá! -¿Cómo no recuerdas?- ¡Pero tú no tienes vergüenza!- ¿O crees que de lo contrario estarías aquí?-”.

10.
Gabriela y Boris habían terminado de cenar.
-¿Te preparo un café?
-Dale- Boris estaba sentado en el sofá frente al televisor. Le encantaba cenar en la mesita de madera.
Gabriela fue a la cocina. De la pileta enjuagó dos tazas que estaban bastante presentables, aunque tenían restos de azúcar en el fondo. Pero ella se había resignado, no lo iba a cambiar, además, el cambio más importante no era el lavado de la vajilla, sino el otro.
Gabriela puso dos cucharas de Nescafé en sendas tazas. El agua de la caldera ya había hervido. Llenó las tazas. Y luego, sacó de su bolsillo en frasco que contenía La Sustancia Roja. Esa tarde lo había comprado, luego que habían pasado dos años, y los consejos de Control no habían dado los resultados esperados. Puso varias gotas en la taza de Boris, y llevó el café al comedor.
11.
El G20 había decidido invertir millones de dólares en la Sustancia Roja, para borrar La Memoria de Los Pueblos.
Pero las cosas se les fueron de las manos y el alcance de La Sustancia Roja fue impredecible. El uso de la Sustancia Roja con fines non santos alteró para siempre el comportamiento de los individuos. Las personas cambiaban en todo momento y no se sabía quién era nadie.

12

Boris:


Amaneceres,
Y atardeceres,
De nubes anaranjadas,
Lunas azules,
Y estrellas fugaces.

Cosquillas en la panza,
Y luces de colores,

Canto,
Lecturas,
Y belleza.

Sensibilidad,
Y conexión.

Risas,
Gozos,
Y amores.

Tan arropada,
Tan acariciada,
Tan contenida,
Tan cuidada.

Tan deseada,
Tan amada,
Tan valiosa,

Tan importante.
Fue la cima,
Y la plenitud.

Fue impresionante,
Y trascendental.
Qué necesidad,
Qué tristeza,
Qué nostalgia,
Te extraño.


Tania
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