La Combinación.



I.
La cabeza del Señor Ingeniero yace caída sobre su escritorio. Así lo han encontrado sus discípulos aquella mañana del 11 de setiembre del año 3001. -¡Tiene pulso aún! ¡Pronto! ¡Llamen una ambulancia!- dice su mano derecha, un joven de gruesas gafas, Brian Stowk.

–Era evidente este final – interviene otro de sus discípulos, Ryan Woods.

– El misterio de la combinación casi lo lleva a la muerte.

II.
Todo había comenzado un hermoso día de primavera. Los árboles comenzaban a teñirse de pinceladas verde claro, los pájaros cantaban tras meses de frío helado, al salir el sol y su calor.

Esa mañana Florencio había despertado feliz, su espíritu estaba embriagado por el embrujo de la primavera. Se levantó presuroso, y mientras se afeitaba en el espejo del baño, cantaba “Sin tu amor”, tema de la extinta Sandra Mihanovich.

Florencio desayunó y salió a dar su acostumbrada caminata matinal, que consistía en caminar sin prisa, por Puerto Bahía, y la Ciudad Vieja, recorriendo los escaparates de todas las librerías. Mientras paseaba, su mente iba construyendo castillos en el aire.

-¡La primavera había sido hecha para admirar la belleza femenina!- se decía Florencio, esa belleza que se encuentra en toda mujer, puesto que cada una tiene su halo angelical, y él era un enamorado del Amor y Las Mujeres.

Pero esa mañana se respiraba una humedad insoportable en el aire, y Florencio no tuvo dudas: tenía un mal presagio.

Las mujeres paseaban como todas las mañanas, con sus estilos elegantes y variados, algunas con cabello corto, y otras largo, algunas muy jóvenes, y otras con la sabiduría de la experiencia reflejada en sus rostros, mientras se dirigían presurosas a sus empleos, cargando sus portafolios o carteras.

Florencio divisó una bella silueta de cabellos color fuego, largos y enrulados. Su andar era tal una gacela, vestía pollera hindú que se mecía al ritmo del viento. Era una especie de Hippie Postmoderna. Sus instintos, hicieron que la siguiera a lo largo de varias cuadras. El cabello anaranjado se mecía ondulante, pero la mujer cada vez más aligeraba su marcha. En determinado momento, Florencio tuvo que comenzar a correr para no perderla. ¡Qué rápido andar ella tenía! Mas Florencio transpirando pudo alcanzarla. Fue entonces, que pudo contemplar su bello rostro. Un escalofrío lo dejó paralizado. La mujer no tenía mirada, en el lugar de los ojos simplemente había dos manchas blancas.

Pero, este fue tan sólo el comienzo. Porque al instante se percató que los ojos de todas las hembras circulantes ese día, a esa hora, por esa acera, también carecían de mirada. Todas.

Florencio penetró en un pequeño bistró, y se sentó en una pequeña mesa redonda. Tras breves instantes, apareció el camarero. -¡Qué te ocurre, hermano!- ¡Estás muy pálido!- Es que he descubierto que han desaparecido las miradas femeninas. ¿Y ahora cómo podré recibir su Amor? Sin mirada no hay sentimiento.

– Comprendo- repuso el camarero, no estás al tanto de La Leyenda.

III.

Una vez Florencio recuperó el aliento, el camarero le trajo una jarra de agua helada.

-¿La Leyenda? ¡Yo no creo en esas cosas!

-Comprendo, yo también era bastante escéptico a las historias de fantasmas, pero ahora es distinto. Existe la prueba. Dime porqué, sino, ninguna mujer tiene mirada.

-Me supera.

-Ninguna mujer tiene mirada, y eso es un Hecho Certero. Me sorprende que no lo hayas notado antes.

-Es que siempre estoy muy ensimismado como para percatarme de los hechos cotidianos. ¿Sabe? Yo soy un idealista, eso me salva de la hecatombe en que se ha convertido este mundo moderno.

-Lo entiendo, así usted puede preservar sus sentimientos. Al menos, puede vivir del recuerdo de lo que alguna vez sintió. Atesórelo, en nombre de todos a quienes este maleficio nos ha tomado por sorpresa, y no recordamos nada.

Florencio miró al camarero. Al igual que las mujeres, tampoco tenía mirada.

-Pues bien, ¿de qué se trata La Leyenda?

-Son muchos los rumores que circulan en torno a este escabroso asunto.

IV.

Lentamente, el Señor Ingeniero abrió los ojos. Brian Stowk, y Ryan Woods habían permanecido toda la noche en la habitación, el Señor Ingeniero había tenido un breve período de coma.

-Señores, no puedo darles demasiadas ilusiones, su sistema nervioso ha colapsado, y, si sobrevive, su capacidad de análisis quedará reducida a 1/100.

- ¡Pero él estaba por descifrar la combinación!

-Ahora tendremos que seguir solos, Brian.

V.

El escritorio del Señor Ingeniero estaba desbordado de papeles. La Organización Mundial de la Salud había depositado todas sus expectativas en él, lo consideraba el único ser capaz de llegar al antídoto para derrocar a “Emotion666”, un virus letal que se había propagado en décimas de nanosegundos, luego de aquella mañana, hace casi medio siglo, que la mujer de cabello anaranjado se había contemplado en el espejo del baño, y con horror, había descubierto que tanto su iris, como sus pupilas habían desaparecido, dejando lugar a una capa homogénea y blanquecina. La noche anterior, la mujer había estado conectada a Internet toda la noche, y alguien había entrado en su disco, y se había robado una clave encriptada.

El Señor Ingeniero, había pasado cinco años analizando fórmulas, estadísticas y probabilidades. Tomó todos los dígitos del sistema hexadecimal, y probó combinaciones de ene tomadas de a ene, arreglos y permutaciones, y estaba por llegar a destino, cuando esa noche sucumbió el colapso, y cayó rendido sobre su escritorio.

VI.

-¡Ahora entiendo! Es por eso que el Teatro Solís cerró sus puertas para siempre- le dijo Florencio al camarero.

-Claro, tiene relación con el hecho.

-Si a Usted. No le molesta, quisiera que me contara La Leyenda, o la idea que Usted tiene de ella.

-¿Sabe Ud. Florencio? Esta zona era una celebración al Amor en estado de máxima pureza. Se irradiaba magia en todo momento, uno cerraba los ojos y podía ver pequeños mosaicos de colores danzando unos con otros. No había quien no fuera alcanzado por ese estado sublime. Pero, según cuenta la leyenda el ícono de tal estado estaba dado por una pareja encantadora, se los veía y uno se daba cuenta que no podían vivir el uno sin el otro. Se adoraban, y tal era la magia que volcaban, que luego de pasear por las veredas de Bacacay, quedaba en el ambiente un polvo dorado, que tenía partículas tornasoladas. Por esos tiempos, todos venían al paseo, y se sentaban en cualquiera de los barcitos, porque ese polvo circulaba por la calle, cada vez que ellos pasaban.

-Pero eran tiempos difíciles, Florencio. Por entonces había varios grupos de insurgentes que se declaraban en contra de cualquier tipo de emoción, su filosofía era que los sentimientos sólo proporcionaban distracción en las personas, y eso hacía que fueran indisciplinados, y llevaran una vida loca, y estuviesen en contra del trabajo organizado, de la producción en serie, es decir, los sentimientos iban en detreimiento de la capacidad de producción.

-Así, los insurgentes se fueron agrupando y organizando. En el fondo, eran tan solo individuos que no habían sido bendecidos por Dios y no habían encontrado el Amor. Así nació “Mártires de las Fuerzas Productivas”, cuyo único objetivo era anular en los seres humanos la capacidad de Dar y Recibir Amor.

–Si se acaba la producción de polvo dorado, los hombres dejarán de sucumbir ante esos sentimientos estúpidos, y liberarán una gran porción de su masa encefálica, lo cual hará que rindan y produzcan.

Es así que una mañana, la pareja fue hallada en las inmediaciones de la Plaza Matriz. Lo curioso, es que aún después de estar sus cuerpos fríos, seguían entrelazados, el cabello de ella negro sobre el torso de él, se habían tomado el trabajo de envolverlos en la pashmina roja de ella. Sus cuerpos estaban perforados por miles de balas.

VII.

Brian Stowk, y Ryan Woods analizaban minuciosamente la información que había dejado el Señor Ingeniero. Buscaban desesperadamente la combinación encriptada. Estaban seguros que una vez hallada, podrían restaurar todos los sistemas emotivos en estado vegetativo. Todos aguardaban La Sigla para reiniciarse.

Luego de dos años más de ardua investigación, Brian Stowk, y Ryan Woods habían dado con La Combinación. Había un 99,9% de probabilidades de llegar a un resultado satisfactorio.

La prueba fue coordinada para la hora cero del día 25 de setiembre del año 3010. Cuando Brian Stowk, y Ryan Woods publicaran en Internet La Combinación, la misma sería replicada en todos los sistemas y conexiones.

El Señor Presidente de la República era quien daría la señal.

-¡Cinco, cuatro, tres, dos, uno, ya!- Todos aguardaban expectantes.

“217225”.

En el lapso de una hora, una mujer de cabello rubio se contempló en el espejo. Sus ojos seguían blanco uniforme, pero, lentamente, unas líneas iban surgiendo, primero en un gris muy tenue, luego se oscurecían más, hasta dibujar perfectamente la pupila y el iris. Luego el color.

-¡Mis ojos han vuelto!- reía alborozada. ¡Reía! ¡Estaba emocionada! Y así, todos y cada uno de los individuos fueron recuperando la mirada.

El país estaba de fiesta.

VIII.

La gente acudió en masa a la celebración en la Plaza Matriz, en donde habían sido embalsamados los cuerpos de esos enamorados aniquilados. Descansaban en un altar de cristal, rodeado de flores, y la gente se concentró en ese lugar porque consideraba que era el más representativo de la Muerte Y Renacimiento de los Sentimientos.

La algarabía era general. Pero nadie se percató que de repente, las flores del altar de cristal comenzaron a abrirse, y a mostrar sus colores. Y nadie se percató tampoco, que los impactos de bala, como por arte de magia, iban desapareciendo de los cuerpos de los amantes, y nadie se dio cuenta, tampoco que ellos habían recobrado la vida.

Mas un señor de entre los vítores de la multitud general, comenzó a sentir extraños golpes que provenían del altar de cristal.

Entonces, la gente comenzó a golpear la urna con cualquier objeto punzante que tuviese a su alcance. Lentamente, el cristal se transformó en una serie de pequeñísimos cristales rotos.

El y ella, salieron. Luego, sellaron sus labios con un beso.

© Anna Donner 2009
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