Toque de queda.


I.
El toque de queda había comenzado. Las calles se veían vacías, y un peatón de último momento apresuraba desesperadamente su marcha.

-¡Alto!- El hombre se detuvo en seco. El teniente le apuntó con el rayo láser, al tiempo que le hacía la venia.

-¡Documentos! – gritó.

El hombre, enjuto, sacó un microchip y lo entregó.

-Muchachos- sonrío con sarcasmo el Teniente Gayo- Veamos qué tenemos por acá- se burló del desafortunado transeúnte mientras le cambió el color del rayo láser por amarillo mediante un control remoto que poseía en la otra mano. Luego le dio varios choques a la víctima. Cómo ardía aquello, era como un fuego que perforaba todos los poros de la piel del sujeto, dejándola al instante toda quemada.

-¿A la niña le duele?- se mofó el teniente. Lanzó una carcajada y le dijo a sus compañeros - ¿Quieren jugar a ver quién le hace la quemadura más roja?

El hombre, aguardaba desahuciado.

-¿Atahualpa? – replicó luego de visualizar la Información. -¿Tú crees que puedes llamarte como un sucio indio? – Ahora, el teniente sacó un látigo y ordenó:

-¡Contra la pared!- Acto seguido comenzó a proporcionarle golpes brutales, y cada vez se enardecía más, cada latigazo hacia Atahualpa hacía embutirse al Teniente Gayo de una adrenalina infinita.

Le pegó a más no poder. Cuando Gayo estuvo exhausto, le apuntó nuevamente con el rayo laser, ahora en un color anaranjado, y le señaló la nave policial.

II.

Eran tiempos difíciles. Uno jamás habría creído luego que las dictaduras habían signado buena parte de Latinoamérica, en la segunda mitad del siglo XX, que pudiesen volver. Entonces, se vislumbraba un futuro de aparente democracia. Pero esa quimera era muy peligrosa.

Poco a poco se fueron borrando palabras importantes del inconsciente colectivo:

“Dictadura, Desaparecidos, Libertad”.

En los albores del siglo XXI, nadie le dio importancia al Golpe de Estado en la República de Honduras. Aquello era un mal presagio, y muy pocos veían el inminente peligro.

Un cónclave de científicos había anunciado, hace algunos años con bombos y platillos La Sustancia Roja. Gracias a ella a los hombres les sería posible olvidar hechos específicos. Estos prestigiosos hombres de ciencia habían logrado alterar la química del cerebro mediante la planificación sistemática del ADN, responsable del almacenamiento de las asociaciones emocionales. En una pequeña porción de tejido se mantenían vivos los recuerdos, pero encapsulados. La Sustancia Roja podía extirparlos.

Así, el G20 decidió invertir sumas astronómicas para borrar la Memoria de Los Pueblos.

Fue un proceso que se expandió cual letal virus. Lo cierto es que para las nuevas generaciones la palabra “Dictadura” era una absoluta desconocida. Es que esos tecnócratas se abocaron a misiones más trascendentales, los adelantos tecnológicos cada vez les prestaban más funcionalidades, y no necesitaban otra cosa.

Además, ahora que sus memorias había sido “deleteadas”, tenían una gran capacidad de almacenamiento libre, cabía allí todo elemento de supervivencia; música, video juegos, películas, chats, ¿qué más podrían necesitar?

Los nuevos gobernantes, festejaron con fervor el éxito de La Sustancia Roja, erigiendo un santuario en su nombre y tras una vitrina de 50 cm de ancho descansaba una botella del Salvador Elemento, que fue decretada la Octava Maravilla.

III.

Atahualpa fue arrastrado por un imán que manejaba el Teniente Gayo hacia la sala de interrogatorios.

¡Siéntese allí!- le señaló una barra de madera con clavos, obsequio su amigo Cordelo, más conocido como “Faquir”.

Acto seguido mandó llamar al Ingeniero Menkestel.

-¿Puede cargar el programa Interrogatorio en el servidor central de la Seccional?-

- ¡Sí, mi teniente!- respondió Menkestel.

Tras unos breves instantes, el ingeniero le indicó a Gayo que todo estaba preparado para comenzar. Menkestel se ubicó tras la consola y levantó el programa:

“Bienvenido al Sistema de Interrogatorios. Presione el mouse para continuar…” Menkestel hizo un click.

“Escanear el rostro del interrogado, Aceptar, Cancelar” … Menkestel hizo click en Aceptar.

“Aguardando..”

-¡Mire el monitor!- ordenó Menkestel a Atahualpa.

“Imagen guardada”

“Procesando, aguarde…”

A continuación, apareció en el monitor un combo selector:

“Rostro Azul”, “Rostro Rojo”, “Rostro Amarillo”.

“Seleccione opción”.

Menkestel observó detenidamente el archivo jpg recién escaneado. No cabían dudas. El rostro había salido pintado Rojo.

Menkestel eligió la opción “Rostro Rojo”.

“Procesando, aguarde…”

A continuación, se desplegó el ícono de un archivo denominado “Diagnóstico.pdf”.

Menkestel lo abrió.

Acto seguido, le hizo una seña al Teniente Gayo. El proceso había finalizado.

IV.

-¡De pie!- gritó Gayo.

- Queda detenido por violación de los preceptos de la Patria Vieja- Acto seguido, Atahualpa fue encapuchado.

– Usted es un pervertido, y queda detenido por ser un falso hombre. Será trasladado en breve a un campo de trabajos forzados. Aunque si quiere puede rezar a la memoria de sus amigos marxistas, juá, juá- Esos herejes que defendían la homosexualidad, esos subnormales que, ¡como Usted! Osaron negar el principio bíblico expuesto por Jesús “casáos y reproducíos”. El sexo tomado como medio reproductor de la especie y por ende como manifestación máxima del amor y placer natural y tierno en su espiritualidad en un hombre – mujer ¡Normal! ¡Y pensar que sus ancestros querían legalizar el matrimonio de depravados como ustedes! ¿Qué clase de monstruos acaso pensaban criar? ¡Simplemente Repugnante!

Acto seguido, el Teniente Gayo indicó a su subordinado:

- ¡Lléveselo. No sea cosa que me vaya a contagiar! ¡Espero no encontrarme otro de éstos en la ronda de mañana!

© Anna Donner 2009
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