Aquello sucedió un día en un ignoto país, la República Oriental del Uruguay, en el año2014. A la hora 20, en medio de un asombro sin precedentes, puesto que no habían concurrido votantes fuera de hora, es más, por primera vez en la historia no hubo votantes fuera de hora, comenzó el escrutinio primario.
La Prensa se concentró en el circuito 666, sito en el el local del Ministerio de Salud Pública entrada C. El camarógrafo, enfocó al Presidente de la Comisión Receptora de Votos, sonrisa Kolynos, el Presidente sobre amarillo en mano, [CLICK], El Presidente abrió el sobre . Allí no había...¡nada! El Secretario dijo en voz alta "en blanco", el Vocal tomó nota.
Y se vino la segunda. Nuevo apronte, nuevo sobre, nueva sonrisa y...[CLICK] El Presidente abrió el sobre. Contenía una hoja de cuaderno que decía: "Yo no voto nada, ¡el gobierno soy yo!",¡pum! El Secretario dijo en voz alta "sobre contiene objeto extraño".
Cierto nerviosismo se iba adueñando de los allí presentes, tercer sobre: mismo procedimiento, sonrisa, click y afines. El Presidente sacudió el sobre, ¡hacía ruido!, ¡algo había allí! El Presidente abrió el sobre Y contenía una papeleta del Frente Amplio, una papeleta del Partido Colorado, una papeleta del Partido Nacional, una papeleta del Partido Independiente, una papeleta de Partido Verde (¿Existe?) El Secretario en voz alta dijo "voto anulado".
Transcurrieron dos horas, se revisó mi.nu.cio.sa.men.te todo "de nuevo" "por las dudas" y se constató aquella tragedia: en el circuito 666, sito en el Ministerio de Salud Pública entrada C ¡no hubieron votos! El Custodia embolado, lo habían pasado a buscar por El Cuartel a las 4 AM salió a dar "una vueltita". Y vio por "la tele" que en otro circuito había pasado lo mismo.
Los politólogos estaban desconcertados porque la gente ¡había mentido! en la encuesta "a boca de urna".
El escrutinio duró la noche entera y ¡no había un voto para nadie! ¡No había ningún voto! ¡Ninguno!
Fue entonces que todos concentraron sus expectativas en los sobres azules de los votos observados. Tal era la congoja que los funcionarios de la corte electoral sin que les pagaran horas extras ni guardias trabajaron con eficiencia y eficacia.
Así apareció Reina que votó observado porque no le creyeron que se llamaba Reina, porque su credencial decía "Reinaldo", traviesa resultó Reina...
Tras dos semanas, la catástrofe era un hecho consumado.
¡No había votos!
-¿Y ahora qué hacemos? - preguntaron al Presidente los Secretarios de la Presidencia y los Ministros de la Corte Electoral.
- ¡No sean nabos! - dijo el Presidente.
- No comprendemos - repusieron los anteriormente mencionados.
- ¡Nadie votó a nadie porque todos me quieren!
(¡OOOOOOHHHHHHH!)
- Esto e suna ¡reelección por defol! ¡el Presidente electo soy yo! ¡No sean nabos!
Anna Donner Rybak © 2012
